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miércoles, 22 de julio de 2009

El Mar Menor se ahoga en su propio fango

El lunes paseaba por la playa con mis primos, por todas las playas de la Ribera, cuando me di cuenta del enorme y beneficioso mediambiental lago que tenemos en Murcia, y de la velocidad a la que nos lo estamos cargando, sin términos medios ni tonterías.

De una media de tres kilómetros que recorrimos a pie, podría jurar que dos de ellos se trataban de zonas en las que nadie en su sano juicio metería un pie en el agua.

Barcos fondeados, contaminando con el aceite del motor el agua, las muy numerosas tuberías que vierten agua al parecer limpia al mar y que originalmente proviene del agua de los waters de cada casa, los madrileños que se compran un barco, lo fondean en el mar sin pagar un punto de amarre en el agua como todo el mundo y se quedan décadas flotando como bobos hasta que al final, claro está, se hunden.

Hace unos meses (exactamente, ya se ha cumplido el año), el gobierno de San Javier amenazó con expropiar todos los barcos que en la playa Barnuevo de Santiago de la Ribera se hayasen fondeados antes de un día máximo. Como siempre, MENTIRA. Año después los barcos siguen ahí tirando mierda al mar y ahogando nuestra hermosa laguna y conviertiéndola, mes a mes, en una ciénaga de fango y barro, lejos de la limpia arena, con el agua fresca, los bancos de peces correteando y los bañistas jugando a las palas como acostumbrábamos a estar hace unos pocos años.

En mi opinión, lo que hay que hacer está claro: Los profesionales de la pesca (los pescadores, vamos) deben contar con un punto de amarre gratuito en un puerto del Mar Menor. Y el resto de aficionados, que o bien saquen y metan el barco del agua cuando quieran hacer uso de él, o bien pague su plaza en un puerto como todo el mundo.

Se sobreentiende que hay muchas cosas que hacer, pero si se advierte a los pescadores, se avisa con un papel en cada barco que debe quitarse antes de X día (y si no lo quita, se expropia la embarcación por abandono) y seguro, seguro que el Mar Menor se libra poco a poco de las aceitosas arenas putrefactas y poco a poco se va saneando.

También hay que quitar restaurantes sobre el agua que no hacen más que ensuciar todo y no aportar nada y eliminar los puntos de vertido masivo de aguas fecales. En mi opinión, unos locales no valen más que una de las lagunas saladas más grandes de Europa.

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